
Iba Morel de la mano de su madre, cuando caminando, vió acercarsele un joven con una remera que llamole poderosamente su atención. Y asi le dijo a su madre:
- Mirá, tiene una lengua en la remera!
A lo que el desgarbado joven si reprimir sus instintos, parose delante del pequeño. Y asi le dijo a Morel:
- Pero ojo! no es cualquier lengua. Es la lengua eston.
Y siguió su camino, rodando cual pomelo, por las calles del barrio.